SIMBOLOGÍA DEL PINO

 

El pino tiene la característica común a todos los árboles de hoja perenne, es decir, en general está considerado como un símbolo de la inmortalidad.

En los pueblos del Oriente Lejano se le asociaba, además, con la fuerza del carácter de las personas y, por ser un árbol resistente a los fenómenos naturales, tales como el agua de lluvia o el viento, se decía que de él provenía la energía vital; su resina era el símbolo de la fuerza que emana de la grandeza de ánimo, la cual no desfallece antes los obstáculos y estorbos que aparecen en la vida de las personas.

Su fruto, la pina, fue considerado como símbolo de fertilidad y su resina, si se mezclaba con el vino nuevo, hacía que este permaneciera sin avinagrarse durante mucho tiempo.

Los antiguos frigios y lo relacionaban al pino como uno de los árboles sagrados y lo relacionaban con el culto del amante de la diosa Cibeles, Atis, el cual se volvió loco porque la diosa arrancó, e hizo secar, el árbol del que dependía de la vida del joven Atis, cuando supo que este mantenía relaciones con una hermosa ninfa.

Para el cristianismo, el pino tenía un significado similar al que provenía del simbolismo del árbol de la vida.