Entre 1848 y 1870, reyes, revolucionarios y miembros del
clero debatieron y negociaron la transformación de Italia. Pasó de ser una
mezcla de pequeños reinos a convertirse en una única nación. Se le conoce como
el Risorgimento, la reunificación de una Italia que ya había estado unida en el
imperio romano.
En 1848, Italia estaba formada por ocho estados distintos,
uno de ellos gobernado por la Iglesia Católica. Los más poderosos eran el reino
de las Dos Sicilias, Sicilia y Nápoles, gobernado pro los Borbones, el de Lombardía,
bajo dominio austríaco, y el Piamonte-Cerdeña, que era independiente.
El reino independiente de Cerdeña se dio cuenta de que tenía
que competir en calidad de vida, no solo en fuerza de combate, por lo que el primer
ministro, Camillo di Cavour, inició en 1852 un período de modernización que
incluiría, con capital prestado por el Reino Unido, la construcción de un
sistema ferroviario.
El reino de Cerdeña se alió con Gran Bretaña y Francia para
luchar contra rusos y otomanos en la Guerra de Crimea. Los soldados italianos
lucharon a orillas del mar Negro ucraniano para asegurar que Francia estaría de
su parte en el caso de entrar en guerra contra Austria.
La pequeña San Marino, a tan solo 98 kilómetros de
Florencia, es la tercera nación más pequeña de la Europa moderna. Se le
permitió mantener su independencia de Italia porque cobijó a los participantes
de la fallida revolución de 1848, entre los que se encontraba Garibaldi. San
marino, una de los dos repúblicas parlamentarias que hubo en Europa en el siglo
XIX, declaró al presidente de Estados Unidos Abraham Lincoln ciudadano de
honor.
Mientras se iban liberando territorios, la capital se
desplazó a Florencia, en 1865 y finalmente a Roma en 1871, Florencia sufrió un
período de modernización tal, con sus plazas y palacios nuevos y el trazado de
amplias avenidas, que únicamente las protestas de los americanos y británicos
que vivían en la ciudad evitaron la destrucción de todos sus edificios
medievales.
Inspirados por los guerrilleros de Uruguay que llevaban las
camisas rojas de los trabajadores del matadero, el ejército voluntario de
Garibaldi lució unas camisas similares durante su “Expedición de los mil”. Se cree
que las camisas procedían de una fábrica desde donde estaban a punto de ser
enviadas a Argentina.
Antes de la unificación, en Italia se hablaban infinidad de
dialectos distintos. El toscano, que se convertiría en el italiano oficial, era
hablado pro tan solo un 2,5% de la población. Sin embargo, en ese porcentaje se
incluían las obras de Dante Alighieri y las de Nicolás Maquiavelo, siendo
además el idioma elegido por muchos otros pensadores y poetas italianos para
expresarse.
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