15 de diciembre de 2019
14 de diciembre de 2019
ALEXANDER STANHOPE Y EL TÚNEL
Alexander Stanhope (1848-1917) era un verdadero visionario. Después
de un viaje a Nueva York y tras haber visto el puente de Brooklyn, pensó en
construir un túnel telescópico entre Londres y Nueva York con el fin de
intercambiar noticias e información, fomentar el comercio, etc., al instante
entre ambos continentes.
Era una idea muy loca para llevarla a cabo, pero él nunca se
rendiría y, después de años de investigación y planes para el proyecto, empezó
en 1890 las excavaciones previas en una de las islas del Atlántico, que
facilitó posteriormente la entrega de suministros y la logística del proyecto.
La realidad fue más dura que cualquier plano y durante los
siguientes cuatro años que Alexander y su equipo invirtieron en la isla
surgieron miles de accidentes y contratiempos: plagas y sabotajes, brechas en
las paredes de los túneles que provocaron inundaciones, curiosos visitantes que
terminaban perdidos en las excavaciones laberínticas, reporteros
sensacionalistas que no paraban de repetir que el túnel iba a inundar Londres.
Todos estos problemas fueron suficientes para que Alexander se
volviera loco. Sus últimos años transcurrirían en la clínica mental de Bethnal
Green, entre los delirios y el constante temor a que las paredes del sanatorio
se agrietases de repente y que el agua lo cubriera todo.
13 de diciembre de 2019
12 de diciembre de 2019
NOCHEBUENA Y NAVIDAD EN EL SIGLO DE ORO
La Nochebuena y la Navidad era un momento especial en las
cocinas de los siglos XVI y XVII, tanto en los conventos, donde se guardaba el
ayuno hasta el día siguiente, como en los hogares en los que se mantenía la
abstinencia. En las casas y palacios donde se preparaban grandes cenas el día
24.
La cena de Nochebuena y la comida del día de Navidad eran
muy abundantes. En cada región de España el tipo de comida dependía de sus
costumbres.
El besugo se consumía en Santander y en el País Vasco. En
Madrid ya estaba presente en el siglo XV, generalizándose a partir de 1600.
La verdura con la que se acompañaba a los diferentes platos
en, casi en toda España, en el siglo XVII, era el cardo que se sustituyó en el
siglo XVIII por la lombarda. En la Castilla rural (en ambas Castillas) se
consumía cordero, cochinillo, cabrito.
Alicante, surtía a través de los artesanos de Jijona, muy
numerosos desde el siglo XVI, de turrones famosos en el resto de España.
También se consumían mazapanes, barquillos y suplicaciones, unos dulces muy
parecidos al barquillo, elaborados con azúcar muy dina, harina amasada y
laminada cortada con un instrumento especial, y cocinados al horno.
Indudablemente, cada familia organizaba su banquete según
sus posibilidades, cualquiera que fuese su clase social, la cena de Nochebuena
y la comida de Navidad eran las más exquisitas del año.
11 de diciembre de 2019
ORO-2
El método de William Hyde Wollaston para trabajar el platino
para hacerlo maleable para su uso comercial, no fue divulgado hasta después de
la muerte de su inventor. Guardaba tanto el secreto que no permitía la
presencia de nadie en el laboratorio. Wollaston ganó una fortuna trabajando el
metal alrededor de 1800. El platino es más raro e inerte que el oro.
La vajilla de plata de Martha Washington fue el origen de la
plata que se empleó para acuñar las primeras monedas de los Estados Unidos.
Los alquimistas medievales buscaron métodos para hacer oro a
partir de metales más baratos. Fracasaron y se burlaron de ellos. En el proceso
de búsqueda descubrieron los ácidos fuertes: sulfúrico, nítrico y clorhídrico,
sustancias más útiles para la industria moderna de lo que podría ser el oro.
La gran sala del monasterio budista de Todai-ji, en Nara, la
primera capital permanente de Japón, fue construida a mediados del siglo VIII
para alojar a un enorme Buda de bronce fundido de 16,16 metros de altura. La
estatua pesa más de 453 590 kilos y está cubierta con 1/4 de toneladas de oro.
Ninguno de los hombres que iniciaron la fiebre del oro de
1849 en los Estados Unidos, Sutter y Marshall, descubrieron una cantidad de
metal importante, murieron los dos pobres.
El papel tisú debe su nombre a su empleo original: fue
inventado para ponerlo entre los pliegues de telas extremadamente finas tejidas
con oro, o tisú de oro.
Si los alquimistas medievales hubieran aprendido a hacer oro
a partir del plomo, habría sido un triunfo científico, pero un fracaso
económico. El gran incremento de las existencias de oro hubiese reducido su
valor.