Amenhotep III,, el soberano de soberanos, promulgó en toda
la extensión de sus territorios un edicto, que no era otra cosa que una
constitución imperial.
Cinco documentos en forma de escarabajos, de los que se emitieron
millares de copias y que fueron difundidos desde Sudán hasta Asia, proclamaban
a ojos del mundo, la autoridad del faraón, su poder, la extensión de su
territorio y la solidez de sus alianzas.
En la parte inferior de cada escarabajo (en el vientre), un
texto reproducía una de las cinco proclamas imperiales:
1-Definición del territorio, desde Gebel Barkal, en Nubia,
hasta las orillas del Éufrates, afirmación de la autoridad y confirmación de legitimidad
sobre el escarabajo del matrimonio.
2-Demostración de prestigio asociada a una alianza sobre el
escarabajo de Gilukepa, según el nombre de la esposa mitanniana de Amenhotep
III.
3 y 4-Manifestación del poder-sejem; acción de rechazar
isfet, ilustrada a través de la referencia implícita al mito del “maestro de
los animales” en los escarabajos de la “caza de los leones” y de la “caza de
los toros”.
5-Gobierno-hega; acción de reinar Maat, mediante el rito
alimenticio según el escarabajo del lago.
Cada uno de los escarabajos de Amenhotep III puede asociarse
a uno de los cinco nombres de su titulación, que anunciaban un autentico programa
de gobierno:
1-El nombre de Horus “Toro victorioso que aparece en Maat”,
al escarabajo de la “caza de los toros” (el rey asimila su fuerza brutal de
toro para abatir a sus enemigos).
2-El nombre de Dos Diosas, la cobra del Norte y el buitre
del Sur. Aquel que confirma las reglas y da la paz a las Dos Tierras, al
escarabajo del lago.
3-El nombre de Horus de Oro, el muy valiente que golpea a
los asiáticos, al escarabajo de la caza de los leones.
4-El nombre de Rey del Alto y del Bajo Egipto, Ra es el
señor de Maat, al escarabajo denominado del matrimonio.
5-El nombre del hijo de Ra, Amón está satisfecho, al
escarabajo del Gilukepa.
El objetivo de la emisión de los
cinco de Amenhotep III y de su difusión a gran escala, era para confirmar el
poder del faraón y proclamar que existía el imperio.
Los fundamentos constitucionales
del imperio, vinculados al nombre del rey, son los siguientes:
1. La victoria. La organización y
la revalorización del país.
2. El poder
3. El esplendor y la autoridad
sobre un territorio vasto y definido.
4. La alianza y el prestigio.