Los faraones del Imperio Antiguo no tenían ejército permanente. Si sus fronteras eran amenazadas, reclutaban soldados. El ejército como tal no apareció hasta el Imperio Medio y se desarrolló durante el Imperio Nuevo, cuando los faraones partieron a la conquista de nuevos territorios.
Hasta el Imperio Nuevo, los soldados combatían con un hacha de bronce y una lanza y se protegían con un escudo de madera o piel. También se usaban arqueros nubios. Tras la invasión de los hicsos, las armas se perfeccionaron,las espadas de hierro, más resistentes se reemplazaron a las de bronce, a veces los soldados llevaban una túnica de cuero cubierta de placas de bronce.
El oficio de soldado no era noble, eran pocos los egipcios que lo ejercían y a menudo pasaba de padres a hijos. Para contar con un ejército fuerte, el faraón alistaba por la fuerza a soldados enemigos vencidos, como los arqueros de Nubia o prisioneros de guerra. También se servía de mercenarios, soldados extranjeros que alquilaban sus servicios.
Tras la introducción por parte de los hicsos del caballo y el carro, nació una "carrería", el carro de guerra, de madera cubierta de cuero, iba tirado por dos caballos y llevaba dos soldados; el conductor y el combatiente, que usaba flechas o jabalinas cortas.
Al final del Imperio Nuevo, Ramses II ordenó construir galeras de remos y velas para proteger las orillas de Egipto de los piratas. En las batallas contra los Pueblos del Mar, la flota egipcia impidió a los invasores su penetración en Egipto.
Los mejores soldados recibían una parcela de tierra o algunas cabezas de ganado. El faraón distribuía medallas entre sus oficiales: las moscas de oro. En tiempos de paz, los soldados ocupaban las fortalezas en las fronteras imperiales y se entrenaban en la lucha cuerpo a cuerpo, protegían las caravanas para que las mercancías del faraón llegasen sanas y salvas al palacio. La disciplina era muy severa, en caso de deserción de un soldado, su familia podía acabar en prisión.