SESOSTRIS I
Después de la caída del Imperio Antiguo, Egipto se
encontraba sumido en conflictos internos, que beneficiaban a los jefes de las
provincias en deterioro del poder central. Fue necesario que interviniera una
familia tebana para restaurar la unidad nacional, en el año 2060 a. C. Entonces
dio comienzo el Imperio Medio, con el faraón Amenemhat I y su hijo Sesostris I
(¿-1926 a. C.), como corregente. Gobernó de 1956 a. C. a 1910 a. C.
A Sesostris I se le atribuyen las mayores hazañas. Partió
con su flota por el mar Rojo. Durante nueve años, atravesó Asia y llegó a
Europa. Por todas partes a su paso, se levantaban estelas que contaban sus
victorias. Regresó a Egipto, donde su hermano intentó asesinarlo.
Sesostris I se convirtió en un “maestro de obras” estupendo.
Emprendió obras en todas las poblaciones para hacer ofrenda a los dioses de los
templos. Mejoró el sistema de canales de irrigación, fortificó la frontera
oriental del delta, hizo levantar los terrenos destinados a edificar para
evitar los daños provocados por las crecidas del Nilo, y consiguió reunir el
Nilo y el mar Rojo.
Para impedir que saqueadores e invasores penetraran en
Egipto por la frontera este del delta, hizo construir una serie de fortines que
se comunicaban entre sí por medio de señales; “Los muros del Príncipe”.
Después de haber revisado el sistema de los nomos, las
antiguas provincias, concedió a cada uno de sus súbditos una parcela de tierra
y distribuyó de manera justa los impuestos. El agua, no estaría ya a libre
disposición de los beduinos que hacían pacer sus rebaños en a la región.
Tendrían que solicitar cantidades racionadas a la Administración egipcia, que
los controlaba de cerca, ya que en el pasado había llevado a cabo saqueos.
Su generosidad le hizo merecedor del amor de su pueblo.
Honró a los tres grandes dioses: Ra, Ptah y Amón, estableciendo un equilibrio
entres sus tres ciudades: Heliópolis, Menfis y Tebas. Le sucedió su hijo
Amenemhat II (¿-1895 a. C.).
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