ORIGEN DE LA TOSTADORA DE PAN

La costumbre de tostar el pan viene de antiguo. Hace cuatro mil años, en Oriente Medio, se ensartaban las rebanadas de pan en un espetón y se colgaban junto al fuego. Los egipcios, hace cinco mil años, lo tostaban con el propósito de conservar el pan sin humedad. Se continúo haciéndolo de la misma manera hasta el siglo XVIII, que llegaron al mercado los primeros tostadores de pan, que consistían en un par de horquillas de mango largo que se movían para poder tostar el pan de manera uniforme.

En el siglo XIX se utilizaba para tostar el pan unas jaulitas de hojalata y alambre que se colgaban sobre la boca de la estufa de carbón, al dar la vuelta a la tostada, la quemadura en las manos era segura.

A principios del siglo XX aparecieron los primeros tostadores eléctricos. Consistían en unos aparatos de alambre que dejaban la tostada a la vista, sin protección, solía dar calambres. No tenían termostato, así que no se podía regular el calor, lo que provocaba que las tostadas se quemaran fácilmente. Las ventajas eran que no era necesario encender la estufa para hacer la tostada.

En 1919 se pusieron a la venta los primeros tostadores. Se pusieron de moda, pero en realidad eran enormes y requerían que cada rebanada de pan tuviera que ser vigilada para evitar que se quemara. La tostadora automática la inventó en Estados Unidos el mecánico Charles Strite. Le añadió un muelle y un termostato. En 1919, solicitó la patente, y con la ayuda financiera de sus amigos, fabricó cien unidades montadas a mano por él. Las envió a la cadena de restaurantes Childs, que devolvió todas las tostadoras de pan por necesitar un ajuste, los ajustes se realizaron con éxito.2

La primera tostadora doméstica, la “Toastmaster” salió al mercado en 1926. Ya Levaba un regulador del tueste, lo que facilitó las cosas. A partir de ese momento, las tostadoras de pan han ido evolucionando.