15 de marzo de 2021

PEINADOS EN EL SIGLO XVIII

 

A mediados de 1770, los peinados femeninos empezaron a crecer, comenzando a ser tan alto como nunca. Las mujeres usaban todo tipo de adornos que encontraban para ponerlo en sus peinados, incluyendo cinturones, joyas, telas, flores, frutas, etc. Como su pelo no podía alcanzar esas alturas, tomaban pelo de sus sirvientes o de sus caballos. Así nació el “pouf”.

Las mujeres más elegantes utilizaban muñecos de aves, estatuas e incluso mini jardines con pequeños árboles artificiales sobre el tope de su cabeza. Diseñar estos peinados podía ocupar todo el día o, en ocasiones, la semana entera. Era imposible dormir sin que se desarmara, por esa razón, inventaron un molde protector para que el peinado durase semanas. Tampoco se podía viajar, porque las mujeres no entraban en la berlina, por lo que muchas veces tenían que sacar su cabeza por la ventana o viajar arrodilladas.

Estos peinados no eran muy higiénicos. Las mujeres no se lavaban el pelo para no quitárselos. Además, esos peinados eran el nido perfecto para insectos y parásitos, para los picores de insectos utilizaban una varilla especial para rascarse la cabeza.

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