OREJAS Y TROMPAS DE ELEFANTE
Los elefantes africanos tienen unas orejas enormes, de casi 1,5 metros en los adultos. Esas grandes orejas no sirven para oír, sino para refrescarse. La piel que las recubre es muy fina y está llena de vasos capilares. El sistema de refrigeración del elefante funciona moviendo las orejas.
También las usan para amenazar. Con las orejas estiradas, el elefante parece aún más grande y con ello poder disuadir a los posibles enemigos. Los elefantes asiáticos tienen las orejas más pequeñas porque normalmente viven en climas más frescos.
Los elefantes oyen una gama de frecuencias mucho más limitada de la que oyen los humanos, esto es debido a su gran tamaño. Su sentido del oído es muy agudo pero no se centra solo en las orejas, también escuchan a través de las plantas de las patas y de los laterales de la trompa.
La trompa del elefante evolucionó a partir de la unión de la nariz y el labio superior, los dos agujeros del extremo mantienen su independencia en toda su longitud. Los elefantes africanos tienen dos pequeños apéndices en forma de dedos al final de la trompa que pueden utilizar para arrancar bayas de los árboles. El elefante asiático solo tiene uno, cuyo movimiento es más limitado, solo lo utiliza como pala.
Tienen un extraordinario olfato y a menudo mueve la trompa para identificar algún olor. Su trompa también tiene la fuerza suficiente para levantar barro o tierra con el que se cubren el cuerpo. También succionan agua con la trompa, como si se tratase de una jeringuilla, no como una pajita, ya que para beber tienen que echarse el agua en la boca.
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