18 de diciembre de 2021

TRADICIONES NAVIDEÑAS PERDIDAS



En el siglo XVII se acostumbraba, la noche de Nochebuena, a colocar un trozo de pastel de fruta debajo de la almohada. Quien lo hacía, se supone que soñaba con la persona con la que se casaría en el futuro.

En la época romana y durante las Saturnalias, los esclavos o condenados pasaban un día sin trabajar y salían a divertirse, la inversión de los roles sociales era muy común en la época. Elegían, por ejemplo, un Niño obispo que dirigía la iglesia en lugar del sacerdote.

Durante la Edad Media y hasta finales del siglo XIX, existía la tradición navideña del llamado “duodécimo pastel. En él se escondía una judía y un guisante seco, uno a cada lado. Las mujeres y los hombres cogían una rebanada de cada lado. El señor que encontraba la judía seca y la señora que encontraba el guisante eran los reyes del baile (algo parecido a nuestro roscón de reyes).

En el siglo XV y parte del XVI existía la tradición del bufón de que el  bufón de la corte se convertía en alcalde de la ciudad durante las fiestas navideñas, se conocía como “el abad de la sinrazón”. Su función era sugerir al pueblo a hacer todo tipo de fechorías con la única finalidad de la diversión general. Está celebración fue prohibida por Enrique VIII, en el año 1541.

En el siglo XII era común, durante la Navidad, disfrazarse de personajes conocidos de la época. Está práctica fue prohibida en el siglo XIII, a causa de un accidente que ocurrió entre un grupo de nobles que murieron calcinados cuando sus trajes de salvajes del bosque prendieron, muriendo todos quemados.

Otra tradición que ya no se practica era la del primer paso. Para garantizar un buen año, la primera persona que cruzara el portal de una cada la víspera de Año Nuevo debía ser un hombre de pelo oscuro que llevara regalos que representaran deseos de un feliz año: pan y sal para tener alimentos todo el año, una moneda para que no faltara el dinero…

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