RASOABE Y RASOAMASAY (LEYENDA DE MADAGASCAR)
En el camino de Tamatave a Tananarivo, cerca de Andovaranto, se encuentran dos lagos que llevan los nombres de Rasoabe y Rasoamasay. De estos lagos cuentan los indígenas esta leyenda:
Rasoabe y Rasoamasay eran las esposas del gigante Daraffy. Las dos mujeres, cuando el monstruo las eligió por esposas, se mostraron orgullosas. Decían que las demás mujeres tienen por esposos a pobres hombres a los que cualquier fiera puede devorar en la selva. Pero nosotras tenemos por esposo a Daraffy, el gigante que rompe los árboles como los niños de las otras mujeres rompen las cañaveras. Nuestro esposo es temido por el elefante, por el chacal, por la hiena y el león.
Durante algún tiempo eran felices, pero pasaba el tiempo y su felicidad no era la misma. Decían: -Las otras mujeres tienen por esposos a iguales suyos. No tienen que temer sus iras ni soportar sus furores; nosotras, sí.
Durante una de las ausencias del gigante, le fueron infieles, Él no tardó en saberlo. Lleno de ira, volvió a su casa y pilló a las dos mujeres en el momento en que se despedían de sus amantes. El gigante las empujó a los lagos, que, desde entonces llevan sus nombres.
Las dos esposas, dentro de los lagos, han construido un pueblo y viven allí con sus bueyes y sus esclavos. Cuando las aguas están tranquilas, cuentan que se las puede ver.
El gigante ganó fama en la isla. En la costa oriental se pueden ver huellas de cuando vivía en la tierra. Una montaña que abrió de un golpe de hacha, una huella en las rocas…
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