OFRENDAS A LOS DIOSES EN LA INDIA
Las ofrendas a los dioses en la India puede hacerse en
cualquier parte, pero la mayoría de personas acude a los templos. La ceremonia
en el templo incluye bañar a la deidad con aceites, yogur o leche, después se
la adorna con ropas nuevas y joyas. Ante ellas se coloca arroz con leche.
La última parte del rito, en la llamada “hora del darshana”
(visión). En ella se encienden lamparitas de incienso ante la imagen y se mueve
de forma circular. El sacerdote ofrece la lámpara a los devotos, y estos
recogen el humo sagrado con las manos y se lo acercan a los ojos, esto es un
símbolo de luz y entendimiento.
El sacerdote marca con ceniza sagrada (vibhûti) la frente de
los devotos. Después les ofrece “El prasâda”, que es una comida bendecida para que se la comen y
se la lleven a casa para los familiares que no han podido asistir a la
ceremonia. “El prasâda” está considerado como portador de grandes cualidades
espirituales, da paz, cura enfermedades, es el remedio y el elixir para el
espíritu. Para solicitar algún favor concreto invocan a “Ârchana”, al que le
hacen ofrendas y rezos.
Se puede asistir al templo a cualquier hora y se puede estar
el tiempo que se quiera. Se tiene que entrar descalzo y la vestimenta debe ser
tradicional: las mujeres, “sârî” o “salvar kamîz”, los hombres, “kurtâ pâjâmâ”
o “dhotî”. Los practicantes suelen tocar las campanas para indicar a los dioses
su llegada.
En los templos hindúes reina la alegría, el bullicio, los
ruidos, la comida. Nadie se ofende ni se molesta porque la gente corra o grite
en el lugar. Los templos en la India no tienen nada que ver con el recogimiento
de las iglesias cristianas, ni la seriedad de una mezquita, o de cualquier
religión. Los hindúes tienen total libertad para el acercamiento a sus
divinidades.
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