ENFERMEDADES EN LA EDAD MEDIA
Durante todo el Medievo, el hambre, las guerras y la falta
de higiene formaron un caldo de cultivo para desarrollar toda clase de epidemias
y enfermedades. Los médicos, y los hechiceros poco podían hacer por curar a los enfermos.
Ni se sabe la cantidad de muertes de bebes que nacían
muertos y de madres que fallecían de fiebres puerperales. Las guerras y los
sitios militares provocaban enfermedades como la loanda, que era una especie de
escorbuto, y que era provocada por la falta de frutas y verduras frescas. Otra de
las enfermedades fue el paludismo, fiebre que hizo grandes estragos.
El mal de ojo, el mal de piedra, el mal de pecho, la tiña,
la sarna, son otras de las enfermedades padecidas en la Edad Media. Más especiales
fueron el “sudor anglicus”, los síntomas eran; fiebre elevada, temblores y
dolor en las extremidades. En Inglaterra a finales de la Edad Media se cobró
numerosas víctimas.
El tabardillo, tifus exantemático ocasionado por el piojo de
la ropa, su nombre se debe a que casi todas las personas que lo padecían usaban
el tabardo, (prenda de abrigo hecha de paño, que solían llevar los campesinos y
soldados para protegerse del frío). Los piojos anidaban en las costuras sucias
de esos tabardos.
Otra enfermedad fue el ”Fuego de San Antón”, una inflamación
maligna que ocasionó importantes pérdidas entre los siglos X y XV. Se manifestaba por una gangrena que precisaba
la amputación del miembro afectado y en ocasiones provocaba la muerte.
La enfermedad por excelencia durante el Medievo fue la lepra.
Enfermedad incurable y muy contagiosa. Su gravedad y su especial repugnancia, hizo
de esta enfermedad el más temido de todos. Se trataba de una enfermedad
infecciosa, caracterizada por lesiones de la piel, nervios y vísceras insensibles
y con ulceraciones.
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