8 de abril de 2014

MENSAJE EN UNA BOTELLA


Parece que lo de enviar un mensaje en una botella lo asociamos a sólo unos siglos atrás, no es así, desde la antigüedad se ha hecho. En el año 310 a. C., el filósofo griego Teofrasto echó al mar botellas selladas al mar, quería demostrar que el mar Mediterráneo estaba formado por corrientes del Océano Atlántico. No se sabe si recibió respuesta.

En el siglo XVI, la reina Isabel I de Inglaterra, creía que algunas botellas encontradas podrían contener mensajes secretos enviados por espías británicos, por ese motivo era un delito abrir cualquier botella que se encontrase.

En 1784, un marinero del barco caza tesoros japonés “Chunosuke Matsuyama”, que naufragó en 1784 en una isla del Pacífico Sur. Talló, en un trozo de madera, un mensaje, relatando su tragedia, y lo lanzó al mar. Ese mensaje se encontró 151 años después, en 1935, en la ciudad donde nació Matsuyama (Japón).

Los soldados de la Primera Guerra Mundial condenados a muerte utilizaron mensajes en botellas para enviar a sus seres queridos sus mensajes de despedida. En 1915, un pasajero del RMS Lusitania (transatlántico británico, torpedeado por el U-Boot alemán U-20 el 7 de mayo de 1915, hundiéndose en sólo dieciocho minutos), lanzó un mensaje que decía: “Aún en la cubierta con un par de personas. Nos estamos hundiendo rápido. Algunos hombres están rezando con el sacerdote. Se acerca el fin”.

En 1953 fue encontrada una botella en Tasmania, no se sabe cómo, la botella llegó a una señora que reconoció la letra de su hijo que había muerto poco después de lanzarla al agua 35 años antes, cerca de Francia.

Paulina y Ake Viking se casaron en Sicilia en 1958, gracias a un mensaje en una botella. En 1956 Ake, un marinero sueco, lanzó una botella con un mensaje que decía que cualquier chica que la encontrara le escribiera un mensaje. Un pescador siciliano, padre de Paulina, encontró la botella, leyó el mensaje, y decidió seguir la broma pidiéndole a su hija que contestase el mensaje. Cuando lo recibió Ake viajó a Sicilia y conoció a Paulina. La broma terminó en boda.

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