LA MAGIA DEL FARAÓN NECTABEO II
El faraón que reinó en Egipto de 358 a 343 a. C., Nectabeo
II o Nectanebus (último faraón de la dinastía XXX de Egipto), era muy famoso como
mago y chamán, y tenía un profundo conocimiento de toda la sabiduría egipcia. Sabía
lo que se encontraba en las profundidades del Nilo y de los cielos, tenía la habilidad
de leer las estrellas, de interpretar las profecías, de leer horóscopos, de
adivinar la fortuna, y de predecir el futuro de un niño que aún no había nacido.
Trabajaba todo tipo de magia. Se dice que fue el señor de la
tierra, y que rigió sobre todos los reyes gracias a sus poderes mágicos. Siempre
que sus enemigos trataron de invadirle por tierra o mar, logró destruirlos,
debilitando su poder y arrojándolos más allá de sus fronteras.
Todo eso lo conseguía de la siguiente manera: Si un enemigo
se acercaba por el mar, mandaba a su flota a pelear contra ellos, mientras él se
retiraba a su habitación y en un cubo lleno de agua hacía figuras de cera de
los barcos enemigos, de su gente, y de su propia flota. Esas figuras las metía
dentro del cubo con agua, y colocaba a los enemigos de un lado, y a los
egipcios de otro.
Entonces salía y tomaba un bastón de ébano de las manos de
un profeta que había dejado en la puerta, y regresaba a la habitación, donde
expresaba palabras de poder para invocar a los dioses que ayudaban a los
hombres en las operaciones mágicas, y los vientos y los demonios subterráneos venían
inmediatamente en su ayuda.
De esa manera hacia que las figuras de cera cobraban vida,
los barcos de cera movimiento, y empezaba la lucha; las figuras que
representaban a los soldados egipcios vencían a los enemigos, mientras que los
barcos y las figuras de los enemigos se hundían en las profundidades de las
aguas del cubo. Eso sucedía en la realidad, por lo que se hundía a las tropas
enemigas en las profundidades del mar. De esta forma mantuvo su poder durante
su reinado.
Pero no siempre fue de la misma manera: Un día unos
centinelas llegaron para avisarlo de que una multitud de naciones del este habían
hecho una alianza contra Egipto. El faraón, soltó una carcajada, y se retiró a
su habitación, puso agua en el cubo y empezó su trabajo mágico. Cuando estaba
recitando las palabras de poder, vio que las figuras de cera que representaban
a sus enemigos estaban gobernadas por los dioses de Egipto, y que guiaban a las
tropas invasoras en su contra. En ese momento Nectabeo, comprendió que Egipto
había llegado a su fin, porque los dioses ya no querían hablar con él y
ayudarle como lo habían hecho en otras ocasiones.
Salió de la habitación, se rasuró la cabeza y la barba, se
vistió con ropa común, y tomó un barco con destino a Pella en Macedonia. Allí se
estableció y trabajo como médico y adivino egipcio.
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