23 de abril de 2014

LA MAGIA DEL FARAÓN NECTABEO II


El faraón que reinó en Egipto de 358 a 343 a. C., Nectabeo II o Nectanebus (último faraón de la dinastía XXX de Egipto), era muy famoso como mago y chamán, y tenía un profundo conocimiento de toda la sabiduría egipcia. Sabía lo que se encontraba en las profundidades del Nilo y de los cielos, tenía la habilidad de leer las estrellas, de interpretar las profecías, de leer horóscopos, de adivinar la fortuna, y de predecir el futuro de un niño que aún no había nacido.

Trabajaba todo tipo de magia. Se dice que fue el señor de la tierra, y que rigió sobre todos los reyes gracias a sus poderes mágicos. Siempre que sus enemigos trataron de invadirle por tierra o mar, logró destruirlos, debilitando su poder y arrojándolos más allá de sus fronteras.

Todo eso lo conseguía de la siguiente manera: Si un enemigo se acercaba por el mar, mandaba a su flota a pelear contra ellos, mientras él se retiraba a su habitación y en un cubo lleno de agua hacía figuras de cera de los barcos enemigos, de su gente, y de su propia flota. Esas figuras las metía dentro del cubo con agua, y colocaba a los enemigos de un lado, y a los egipcios de otro.

Entonces salía y tomaba un bastón de ébano de las manos de un profeta que había dejado en la puerta, y regresaba a la habitación, donde expresaba palabras de poder para invocar a los dioses que ayudaban a los hombres en las operaciones mágicas, y los vientos y los demonios subterráneos venían inmediatamente en su ayuda.

De esa manera hacia que las figuras de cera cobraban vida, los barcos de cera movimiento, y empezaba la lucha; las figuras que representaban a los soldados egipcios vencían a los enemigos, mientras que los barcos y las figuras de los enemigos se hundían en las profundidades de las aguas del cubo. Eso sucedía en la realidad, por lo que se hundía a las tropas enemigas en las profundidades del mar. De esta forma mantuvo su poder durante su reinado.

Pero no siempre fue de la misma manera: Un día unos centinelas llegaron para avisarlo de que una multitud de naciones del este habían hecho una alianza contra Egipto. El faraón, soltó una carcajada, y se retiró a su habitación, puso agua en el cubo y empezó su trabajo mágico. Cuando estaba recitando las palabras de poder, vio que las figuras de cera que representaban a sus enemigos estaban gobernadas por los dioses de Egipto, y que guiaban a las tropas invasoras en su contra. En ese momento Nectabeo, comprendió que Egipto había llegado a su fin, porque los dioses ya no querían hablar con él y ayudarle como lo habían hecho en otras ocasiones.

Salió de la habitación, se rasuró la cabeza y la barba, se vistió con ropa común, y tomó un barco con destino a Pella en Macedonia. Allí se estableció y trabajo como médico y adivino egipcio.

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