2 de abril de 2014

LAS PERVERSIONES DE NERÓN


Nerón cansado de haber probado todo en materia de sexo, ideó un nuevo juego. Vestido con la piel de un animal salvaje se lanzaba desde una jaula sobre los genitales de mujeres y hombres atados a un palo. Cuando ya estaba satisfecho, se entregaba a su liberto Doriforo, a quien servía de mujer.

Para amenizar sus travesías por el río Tiber, a Nerón se le ocurrió acompañarse por una multitud de prostitutas. Durante el recorrido había habilitado unas cabinas en las que las prostitutas ejercían de posaderas que le ofrecían hospitalidad desde la orilla.

La madre de Nerón le enseñó todo lo que sabía de los placeres sexuales. Los romanos tenían miedo que estas relaciones llevaran a Agripina a tener demasiado poder. Él acabó ordenando el asesinato de su madre, abriéndole el vientre para ver el sitio donde había estado durante nueve meses.

Cuando Nerón se enamoró del joven Sporus y quiso casarse con él. Como los matrimonios entre hombres estaban prohibidos en Roma, castró al chico para hacerle una especie de cambio de sexo. Cuando se recuperó de la operación, le vistieron con ropas de su difunta esposa Popea Sabina (a la que mató, cuando estaba embarazada de una patada en el vientre) y celebraron una boda de lujo. Una vez casados, Nerón obligo a los que les rodeaban a que se dirigiesen y tratasen a Sporus como la mujer del Emperador.

Uno de sus placeres favoritos era bañarse en compañía de varios niños de pecho, a los que hacía que le succionases el pene. Cometió actos de pederastia con niños de corta edad. También violó a la vestal Rubria.

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