MASONES EN FRANCIA

 

La masonería llegó a Francia gracias a los militares viajantes ingleses durante el reinado de Luis XV. Las primeras logias se establecieron en 1725. En 1738 se formó la primera obediencia originaria, la Gran Logia de Francia. Nobles, eclesiásticos y burgueses componían la Logia en Francia.

Gran parte de la aristocracia disfrutaba de grandes privilegios. Se reunían en las logias con intelectuales y profesionales de clase media, lo que desató el desasosiego en el gobierno de Luis XV.

En 1737, el rey anunció que los nobles masones no serían recibidos en la corte. Dos años después eso cambió, el duque de Antin le pidió permiso para ser gran maestro de la Gran Logia de Francia y se lo concedió.

La permisividad del rey no evitó que la policía de París realizara algunas detenciones. En 1737 se había amenazado a los dueños de posadas y tabernas con elevadas multas si permitían reuniones de masones en sus locales.

En 1774 la policía entró en una logia y detuvo a los presentes. Los nobles, gracias a sus privilegios, fueron puestos en libertad de inmediato, y ellos mediaron para que se liberasen a los masones de clase media.