15 de mayo de 2022

ALFONSO VI Y ZAIDA

 

Cuando Alfonso VI conquistó Toledo, recibió un mensaje de la hija del rey de Sevilla, Al Mutamid. Zaida se llamaba la joven y era señora de Cuenca, Ocaña, Uclés y Consuegra. Dicen de ella que era bella y muy inteligente. Se había enamorado de Alfonso VI escuchando los relatos que contaban de él.

El rey también había escuchado hablar de la princesa mora y acompañado de un grupo de caballeros elegidos para defenderse de cualquier traición, acudió al lugar pactado para encontrarse con la joven princesa, unos dicen que fue en Consuegra, otros que en Cuenca u Ocaña.

En ese primer encuentro se gustaron y quedaron para futuros encuentros. Pronto decidieron casarse. Alfonso puso como condición que la princesa fuese bautizada en la fe cristiana y ella lo hizo, tomando el nombre de Isabel.

Esta boda suavizó las relaciones con su suegro el rey de Sevilla, Al Mutamid. Este le aconsejó que, para sujetar mejor a los demás árabes de la península y obligarlos a tributar, llamase a los nobles guerreros almorávides, que tenían como jefe a Jusuf ben Tachufin, el Miramamolín. Así lo hizo Alfonso y el Miramamolín vino a España con su gran ejército de guerreros. Pero, cuando los almorávides llegaron a España, los nobles árabes, que estaban enfadados por la boda y la conversión de la joven, consiguieron que los almorávides se uniesen al resto de los árabes para enfrentarse a don Alfonso y Al Mutamid.

Combatieron y en una de esas batallas murió Al Mutamid a manos de un guerrero almorávide, Abd Allah. Don Alfonso deseoso de vengar la muerte de su suegro, los atacó brutalmente, logrando capturar a Abd Allah y a otros nobles, a los que descuartizó y quemó a la vista del resto del ejército árabe, que pidió la paz y entrego a don Alfonso mucho oro y plata, piedras preciosas y otras riquezas.

El Miramamolín regresó a Marruecos con los suyos y no se atrevió a volver a España mientras vivió Alfonso VI, Imperator totius Hispaniae.

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