22 de marzo de 2022

SOBRE MÚSICA-2

 

Franz Peter Shubert eran tan tímido que su primer encuentro con Ludwing van Beethoven fue también el último. Shubert había escrito una serie de variaciones para cuatro manos sobre un tema francés, y lo había dedicado a Beethoven, a quien él deseaba presentar personalmente la partitura. Se arregló la cita, pero como Beethoven era sordo, entregó a Shubert un trozo de papel para que le eplicara un trozo de música en particular. Shubert se puso tan nervioso ante la petición, que salió corriendo de la casa de Beethoven, y los dos compositores no volvieron a encontrarse nunca.

Mozart compuso, transcribió, ensayó y estrenó, en cinco días, su sinfonía Linz, la sinfonía en C. Mayor Köchel 425.

Cuando el terremoto de San Francisco, ocurrido el 17 de abril de 1906, tuvo lugar, el gran tenor Enrico Caruso estaba actuando. Aterrorizado, el tenor rescató solamente una cosa de su derrumbado camerino: el retrato del presidente Teodoro Roosevelt que este había autografiado personalmente para Caruso. Más tarde, cuando trata de tomar un tren con los miembros de la compañía de ópera, los guardias no le reconocieron, y no le dejaron pasar. Entonces Caruso, les mostró su atesorado retrato, obtuvo su pase de salida y logró ponerse a salvo del terremoto.

El organillo primitivo fue uno de los instrumentos musicales más populares durante la época medieval. Conocido como “organistrum” era un instrumento de cuerda con una rueda enrecinada que giraba por medio de una manivela que, a su vez, rasgueaba las cuerdas. Haydn escribió 5 conciertos y varios nocturnos para los organillos de tiempos más modernos, los cuales combinaban las cualidades de los organillos primitivos con las de un órgano pequeño. Estas obras fueron escritas para el rey de Nápoles, quien se consideraba a sí mismo como un virtuoso del intrumento.

Francis Scott Key escribió “La Bandera Tachonada de Estrellas”, para cantarla con el acompañamiento de la música de un canto popular inglés, el “Canto anacréontico” o “Anacreonte en el cielo”, canto de beodos que había sido compuesto or John Stafford Smith para la sociedad Anacreóntica de Londres. Los anacreontes escribieron poemas imitando el estilo del poeta lírico, el griego Anacreonte. Los “Acompañamientos para música de Oxford”, de Percy Sholes, hacen notar que el desafío nacional ha dado pie a la música de desafío, un procedimiento felizmente sin resentimientos para ningún partido.

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