HISTORIAS DE LITERATOS-2
El mundo podría no haber sabido nunca nada respecto a las aventuras de Daniel Boone si no hubiera conocido a John Filson, un profesor. Boone contó sus historias a Filson, quien las escribió, con las que pretendió fueran las propias palabras de su personaje. El libro de Filson fue publicado en 1784. En pocos años, fue reimpreso en Londres y traducido al alemán y al francés. Boone se convirtió en un héroe para los europeos, lo idealizaron como a un hombre que se había alejado de la civilización y encontrado la felicidad viviendo cerca de la naturaleza. En América, James Fenymore Cooper lo inmortalizó después como “Leatherstocking”, el amado héroe en cinco novelas de la frontera.
George Bernard Shaw, dramaturgo, crítico y polemista, rechazó la oferta de la prestigiosa Orden del Mérito de Inglaterra. El motivo de su rechazo era porque ya se había concedido ese premio él mismo.
El químico suevo Karl Wilhelm Scheele descubrió el oxígeno dos años antes que José Priestley. José obtuvo el mérito porque sus resultados fueron publicados inmediatamente, mientras que los de Scheele tardaron un tiempo en salir a la luz.
La geografía de Kipling se confundió en “El Camino de Mandalay”. No hay ninguna bahía entre Birmania y China. Y al remontar el río Irrawaddy de Rangún a Mandalay “el sol sube como trueno” saliendo de Tailandia.
La revista The New Yorker recibe más de 250 000 piezas de material no solicitado cada año: cuentos, ideas para caricaturas, chistes. Cada una es leída por lo menos por dos personas. Aunque solo son publicadas de 110 a 120 historias anualmente, de los 15 000 manuscritos recibidos. The New Yorker publica más ficción que ninguna otra revista en los Estados Unidos.
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