ANTONI IMBERT Y LAS FALSAS CURACIONES
La formación que recibían los médicos y los barberos era muy reducida en la Edad media. Durante el siglo XIV, no existió ninguna facultad de medicina en Toulouse. Se enseñaba medicina en la facultad de artes, junto con la lógica y la gramática.
Los procesos judiciales demostraban la falta de profesionalidad de algunos médicos, o que se hacían pasar por médico.
En 1326, el doctor Antoni Imbert, fue acusado de haber prometido, engañando, curar problemas de esterilidad en mujeres. Su ayudante, que le hacía publicidad ante las posibles clientas. Antoni ganó grandes sumas de dinero en Draguignan, de donde tuvo que huir en medio de la noche. Durante el proceso, se mencionaron sus curaciones.
Una de sus curaciones consistió en prometerle a Raimunda Veranessa que su hija Roselina, se reconciliaría con su marido y tendría un hijo. Para conseguirlo, pidió una sábana de la cama de los esposos, un velo que la joven mujer debía usar un bolso de seda, sobre el que escribió trece letras en oro y azul. además, Roselina tenía que escribir los evangelios de san Juan, de Lázaro y de los tres magos.
Debía tener relaciones con su marido, un viernes. Antoni le pidió un florín de oro y su alianza a Bertranda, esposa de Peire Gasc, cosió esos objetos con un hilo negro en una tela amarilla, sobre la que pegó un papel que tenía el dibujo de una cruz y las inscripciones: “Gaspar, Melchor, Baltasar”, “Pater Noster, Ave María” y “Michael”. Después de enganchar a ese papel una piedra redonda y un denario, le recomendó a Bertranda que colocara ese amuleto en la cama conyugal.
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