10 de febrero de 2021

LA PIEDRA DE INGÁ DE PARAÍBA

 

En 1872, en medio de las aguas del río Ingá, Paraíba, en Brasil, fue desenterrada una baldosa grabada que quizás probase que navegantes fenicios llegaron a Brasil dos mil años antes de su descubrimiento oficial.

El 11 de septiembre de 1872, el vizconde de Sapuacahy, presidente del Instituto histórico de Río de Janeiro recibió una carta en la que le informaban del descubrimiento,  de una piedra que se partió en cuatro trozos durante la operación de rescate y que tenía una extraña inscripción cuya copia se adjuntaba.

La piedra no se encontró jamás. Algunos eruditos creen reconocer en la inscripción copiada, la escritura fenicia. Como en esos momentos no había especialistas en lengua fenicia, el emperador Pedro II y Ladislav Netto, uno de los miembros del Instituto llama a Ernest Renan, autor de la Vie de Jesús, que también era especialista en la civilización fenicia.

Después de haber hecho la traducción que, hoy en día resulta totalmente errónea, Renana declaró que la inscripción es una falsificación. Parece ser que la escritura empleada era teóricamente desconocida en la época del descubrimiento de la baldosa.

En 1967, un norteamericano, el presbítero Cyrus Gordon, director del departamento de estudios mediterráneos de la universidad de Brandéis retorna al texto, afirmando que a la luz de los recientes descubrimientos, la inscripción de Paraíba no puede ser una falsificación.

La traducción de Cyrus Gordon es la siguiente:

“Somos Cananeas sidonianos de la ciudad del rey mercante. Fuimos arrojados a esta isla lejana, una tierra de montañas. Hemos sacrificado a un joven a los dioses y a las diosas celestes, en el décimo noveno año de nuestro poderoso rey Hiram y nos hemos embarcado en Esyón Guéber, en el Mar Rojo. Hemos viajado con diez barcos y hemos rodeado África por mar durante dos años. Luego fuimos separados por la mano de Baal, y ya no estamos junto a nuestro compañeros. Así llegamos aquí, doce hombres y tres mujeres, a la isla de hierro. Soy yo, el almirante ¿un hombre que huirá? ¡No. Los dioses y las diosas bien podrían favorecernos!

Gordon explica que el rey que menciona es Hiram III, lo que remontaría la inscripción al año 531 a. C. El control de Gibraltar por los cartagineses explica el rodeo de África por el este, partiendo del mar Rojo. La isla de Hierro debe ser Brasil, donde este metal es abundante, la evocación de la mano de Baal, dios de las tempestades y de la lluvia, que interviene en los asuntos humanos, puede tener dos significados: tempestad o sorteo.

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