IVAN LESTER McGUIRE Y EL PARACAÍDAS

 

El 5 de abril de 1988, Ivan Lester McGuire, de treinta y cinco años, un experimentado paracaidista con más de ochocientos saltos de experiencia, estaba grabando una clase privada que daba un instructor a un alumno. Para grabar, se había pegado la cámara a su casco para poder tener las manos libres, a la espalda se colgó la batería con suficiente energía para grabar un día completo.

Subieron los tres al avión. Mientras el instructor daba las principales explicaciones para un buen salto y el avión ascendía, McGuire grabó cada detalle. Cuando llegaron a los tres mil metros de altura, McGuire saltó desde la parte de atrás del avión para grabar al principiante y al profesor saltar desde la parte delantera del avión.

Una vez que el instructor y el estudiante tiraron de la anilla, McGuire se dio cuenta de que había estado tan centrado en el salto que se había olvidado de ponerse el paracaídas, puede que confundiéndolo con la batería que llevaba en la espalda.

El cuerpo de McGuire se encontró a unos dos kilómetros del aeródromo de donde habían salido. En los restos recuperados de la grabación, se veía cómo tanto el instructor como el alumno eran grabados en caída libre, hasta que tiraban del cordón para activar el paracaídas, alejándose muy rápido de la cámara. Después, se veía cómo la mano de Iván McGuire buscaba su cordón, pero no lo encontraba.