EL RUMSPRINGA DE LOS AMISH
La forma de vida
Amish es muy exigente. Los niños criados en las comunidades no son ajenos al
mundo que los rodea. Los jóvenes adolescentes, sienten curiosidad por el estilo
de vida de los pueblos y ciudades que los rodean.
En lugar de prohibir esa curiosidad, la tradición Amish les inicia en un rito al que llaman “Rumspringa”, que significa, según la traducción del holandés de Pensilvania, “Saltar”.
Así, cuando los jóvenes Amish cumplen 16 años, antes de ser bautizados y unirse a la congregación, se les anima a que vayan al encuentro de Rumspringa, indagar y experimentar el mundo antes de llegar a la conclusión de que el estilo de vida Amish es para ellos, o por el contrario, prefieren otro estilo de vida.
Rumspringa puede durar el tiempo que a los adolescentes les apetezca. Algunos de ellos vuelven a casa en una semana, otros disfrutan de su libertad meses o años. Muchos de ellos viajan alrededor de Estados Unidos e incluso a otros países, experimentan con el sexo, las drogas, la tecnología…
Los ancianos Amish les permiten estas licencias porque saben que al conocer otro mundo, volverán a la comunidad sabiendo que lo hacen de corazón y porque quieren volver.
La mayoría de los jóvenes Amish, a pesar de las tentaciones del mundo exterior, regresan. A su regreso, son bautizados. Algunos “Rumspringers” pasan muchos años fuera de la comunidad, saben que pueden regresar a la comunidad cuando estén preparados, nadie los rechazará cuando regresen.
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