PERGAMINO

 

La ciudad de Pérgamo se situaba en Misia, Asia Menor. Fue capital de un reino pequeño fundado en el año 283 a. C., su fundador fue el eunuco Filetero. Más tarde formó la provincia romana de Asia.

El nombre de pergamino se le daba a la piel de la res limpia, raída, adobada y estirada que se utilizaba para escribir en ella, para encuadernar y como decoración. El nombre de pergamino lo tomó de la ciudad de Pérgamo, donde se cree que se invento o sus habitantes fueron famosos por el arte de prepararlo.

El pergamino tenía diferencias con el papiro, aparte de una mayor conservación, podía cortarse en formas regulares y fabricar un libro. Además, tenía la ventaja de que se podía escribir con facilidad sobre las dos caras.

En la Edad Media todo se escribía sobre pergamino, lo que tuvo como consecuencia una escasez de ellos. Para solucionarlo se recurrió en muchos casos a borrar lo escrito anteriormente para escribir de nuevo sobre él. A estos manuscritos se les conoce como “palimpsestos”. En algunos de ellos se borraron texto de la Antigüedad Clásica, sustituyéndose por obras eclesiásticas o contabilidad de conventos y señoríos.

Es necesaria una técnica especial para descubrir los primeros textos escritos. Alguna vez se ha conseguido, descubriéndose y recuperando obras maestras de autores griegos y latinos.