CURIOSIDADES DE ESPARTA
Esparta siempre estaba lista para la lucha. Desde que nacían, a los niños se les ponía a prueba para ver si eran o no auténticos espartanos. La vida es Esparta era muy simple, se despreciaban los lujos y comodidades, solo importaba la fuerza física y la habilidad militar. Cuando los niños llegaban a los siete años, abandonaban a sus familias para incorporarse a los barracones militares y empezar su entrenamiento o “agogé”.
Trece años después, cuando tenían veinte, era soldados muy capaces llamados “hoplitas” que pasaban el tiempo en combate o entrenando a muchachos jóvenes que, como ellos, tienen que aprender el arte de la guerra.
Aunque la agricultura no era tan importante como el éxito militar, era una parte necesaria de la vida espartana. Si no estaban en los barracones, el campo era su sitio.
El atletismo era una actividad completa que fomentaba la salud física. Tanto hombres como mujeres lo practicaban regularmente, la mayoría de las veces desprovistos de ropa.
La humildad de los espartanos también se extendía a sus hogares, que estaban amueblados con solo lo imprescindible. Tenían camas de paja en lugar de colchones. El desprecio por los lujos también incluía la alimentación. Las comidas eran frugales: higos, queso, caldo espartano, puré hecho con avena… La comida estaba racionada deliberadamente, pues se fomentaba el robo como una lección de supervivencia. Sin embargo, si los sorprendían haciéndolo, los castigaban.
A los espartanos no se les permitía comerciar, de eso se ocupaban los periecos, un grupo de personas libres de Mesenia y Laconia. El Estado creía que cualquier comodidad, felicidad o diversión llevaba a sus ciudadanos a la corrupción, así que si disfrutaban con algo, no lo enseñaban.
0 comentarios :
Publicar un comentario