EL PARLAMENTO BRITÁNICO EN EL SIGLO XIX
El día a día de un parlamentario británico en el siglo XIX
se desarrollaba de la siguiente manera:
Dado que los miembros del Parlamento no empezaron a cobrar
un sueldo hasta 1911, muchos parlamentarios tenían otros trabajos, a los que se
dedicaban antes del inicio de las sesiones parlamentarias.
La Cámara de los Comunes se solía reunir por la tarde,
excepto si algún asunto exigía toda la jornada, para que sus miembros tuvieran
antes tiempo para sus actividades profesionales o para asistir a comités.
Además de atender a las sesiones, los parlamentarios tenían
otras responsabilidades. Los ministros del Gobierno podían retirarse a
habitaciones privadas para concentrarse en el trabajo de su cartera.
El tiempo que cada parlamentario pasaba debatiendo en la Cámara
de los Comunes dependía de cada cual. Los más entregados podían estar hasta 12
horas al día en la Cámara aunque no era lo habitual.
Además de servir de descanso, el momento de la cena servía
para reponerse entre sesiones, era el momento en que algunos parlamentarios
pisaban la Cámara por primera vez en todo el día.
Como muchos miembros del Parlamento no aparecían hasta
después de la cena, las divisiones se utilizaban como técnica de votación.
Consistía en que uno de los miembros del grupo se pusiera de pie en un
determinado momento para indicar al resto que debía votar a favor.
Una vez cumplidas sus obligaciones, los parlamentarios
abandonaban la Cámara y se iban a su casa. Esto solía suceder a una hora
prudente. Cuando había un asunto serio, a veces se hacía de noche en la Cámara,
pero no era habitual antes de 1880.
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