PIRATAS

William Kidd (1645-1701)

Algunos creen que el capitán escocés William Kidd no era un pirata, sino que había salido como comisionado a cazar piratas. Ordenado corsario en 1689 atacó el Quedagh Merchant creyendo que era francés. A bordo había un capitán inglés, por lo que Kidd fue acusado de renegar, delito por el que murió en la horca en 1701. Actuaba en el Océano Atlántico.

La ejecución de Kidd fue una chapuza: la soga se rompió dos veces, murió al tercer intento. Su cuerpo fue rociado con alquitrán para que se conservase y fuera expuesto en una jaula colgando sobre el río Támesis.

Henry Morgan (1635-1688)

Henry Morgan fue nombrado corsario por el gobierno inglés en 1668 y consagró su vida a hostigar a España y a sus barcos. Capturó castillos y territorios españoles y saqueó Panamá de manera bestial hasta que Inglaterra le ordenó moderación. Más tarde capturó Panamá para Jamaica, lo que no sentó muy bien a los ingleses que no querían ir a la guerra con España. Morgan nunca fue perseguido por sus crímenes. Murió como consecuencia del abuso de alcohol durante toda su vida. Actuaba en Sudamérica y Gibraltar. Cuando una mujer de Portobello se negó a entregarle el dinero que él pensaba que escondía, Morgan la desnudó y la asó en un horno.

Jean Lafite (1775-1823)

Inició su carrera delictiva como contrabandista en Nueva Orleans en 1804. En 1810 se trasladó a la bahía de Barataria, en Lousiana, donde empezó su vida de pirata. Jean había sido enviado allí como espía al servicio de España para vigilar a los revolucionarios mejicanos, pero eligió dedicarse a buscar su propio provecho.

Fundó un estado independiente “Campeche” (un huracán los arrasó en 1818), desde donde animaba a los piratas a saquear los barcos de todas las naciones. Murió durante el abordaje de dos barcos españoles. Actuaba en el Golfo de México. Cuando el gobernador de Lousiana ofreció una recompensa de 300 dólares por la captura de Lafitte, éste ofreció una recompensa de 1000 por la captura del gobernador.