11 de marzo de 2020

JERUSALÉN EN EL AÑO 33 d. C.


Jerusalén, centro espiritual y económico del antiguo Oriente Medio, se consagró, en el año 33 d. C., como la ciudad más importante del mundo.

Arte- El gusto romano por el arte, influenciado por los diseños griegos, caló hondo entre la élite y la clase media. Tener y exhibir piezas de arte era una manera de que los demás supieran que se era rico e importante. Cuando surgían otros estilos, se mandaba pintar el nuevo diseño encima del anterior.

Industria- Casi todo lo que se producía se destinaba al consumo local; había pocas oportunidades de hacer negocio exportando. La potasa, que tiene aplicaciones médicas, era recolectada en las orillas del mar Muerto, y se cultivaban dátiles. También se plantaban hierbas balsámicas al este de la ciudad.

Educación- El estudio y la interpretación de los textos sagrados eran importantes en la vida de los judíos de Jerusalén. Si eran analfabetos, como la mayoría, tenían que confiar en las lecturas de los textos de los rabinos y los escribas. Escribir era una habilidad valiosa, pero las noticias y las ideas solían transmitirse de manera oral.

Tecnología- Los acueductos eran esenciales para evitar enfermedades al proveer agua limpia. Si tenían buenos contactos, podías visitar las termas, en las que el agua se calentaba con un sistema de calderas subterráneo llamado hipocausto. Las innovaciones de este tipo permitían mantener la salubridad y la calidad de vida de las élites.

Finanzas- Acuñaron una nueva moneda en el mediterráneo oriental llamada dracma, que podía ser utilizada en todo el imperio. Los jerosolomitanos podían canjearla con las legiones romanas y los peregrinos. Los que tenían un cierto nivel de riqueza, se te exigía el pago de dos impuestos principales: el tributum soli, un impuesto sobre la tierra, y el tributum capitis, un impuesto sobre la propiedad.

Gobierno- El que era acusado de violar las leyes, se celebraba un juicio ante una corte de rabinos y aristócratas. Según la gravedad del delito, se les podía llevar ante el Sumo Sacerdote Califás y su consejo de sabios, el Sanedrín. Aunque el gobierno de la ciudad estaba delegado en el Sumo Sacerdote, la última palabra la tenía el gobernador romano de la región.

Militar- Además de la Décima legión romana, las 3000 tropas auxiliares asignadas a Poncio Pilatos, debían mantener la paz en la ciudad y los alrededores. Era usual ver como los soldados hacían batidas por las casas en busca de sospechosos, así como presenciar escenas violentas en las calles.

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