CONSTRUCTORES DE CATEDRALES

Parece ser que el origen de la masonería son los gremios medievales de constructores de catedrales. Mason en ingles, y maçon, en francés, significan albañil. Los masones medievales eran albañiles, trabajadores altamente cualificados que tallaban piedras y construían edificios por encargo de reyes, nobles o la iglesia, que eran los únicos que podían costear edificaciones de piedra.

Por esa razón, los masones gozaban de privilegios que no tenían otros artesanos, como la libertad o franquicia de trasladarse de un lugar a otro para realizar su trabajo. Por eso se les llamaba francmasones.

Construir una catedral, un castillo o una abadía requería mucha mano de obra y organización. Ello obligaba a una disciplina de distribución de los trabajos por categoría de especialización. Estaban los maestros de obra, los oficiales o compañeros y los aprendices. Al lado de la obra había una choza llamada “lodge”, alojamiento en inglés y de la que procede la palabra logia con el significado de agrupación de masones, donde se guardaban las herramientas y tenían lugar las reuniones de trabajo.

También tenían un código de obligaciones morales. El masón debía creer en Dios y la doctrina de la iglesia y rechazar las herejías. Debían respetar la soberanía del rey y obedecer sus leyes. Los aprendices debían respetar a sus maestros, no podían traicionar sus secretos. Tampoco podían seducir a su mujer, hija o ama de llaves, ni discutir nunca, desobedecer a su maestro ni a otro masón. No debían cometer adulterio, frecuentar burdeles, ni podían salir después de las ocho de la noche.

Para proteger el oficio y mantener los privilegios del gremio, los masones controlaban el acceso a la profesión. Los aspirantes a masón debían iniciar un largo aprendizaje donde les enseñaban los conocimientos necesarios para tallar la piedra y de construcción para llegar a ser maestros. Cuando llegaban a ser maestros se les enseñaban unos signos secretos para reconocer a otros maestros. Eso impedía, entre otras cosas, que un oficial o compañero se hiciese pasar por maestro en otra obra.