ANATOLIA SEGÚN IBN BATUTTA
Shams ad-Din Abu Abd Allah Muhammad ibn Muhammad ibn Ibrahim
al-Luwati at-Tanyi, más conocido como Ibn Batutta (1304-1368), fue un viajero y
explorador de la época de la dinastía Meriní. Está considerado el mayor viajero
de la Edad Media.
En un viaje a Anatolia cuenta:
“En Latakía embarcaos en un gran velero (qurqura) genovés,
cuyo patrón se llamaba Martalamin, dirigiéndonos a la tierra de Turquía,
conocida más bien como País de los Griegos (Bilad ar-Rum): se le da este nombre
porque antiguamente fue el país de ese pueblo. De aquí procedían los griegos
más antiguos y los que viven ahora en Grecia (yunaniyya).
Los musulmanes conquistaron después este país y ahora hay en
él muchos cristianos bajo el estatuto de clientela (dimma) de los turcomanos
musulmanes.
Navegamos durante diez días con buen viento. El cristiano
nos trató bien y no quiso cobrarnos el pasaje. Al décimo día, llegamos a la
ciudad de Alaya, donde comienza Antatolia, una de las más bellas regiones del
mundo. Dios ha juntado allí todas las hermosuras repartidas entre los demás
países.
Sus gentes tienen bella figura y ropas muy limpias, hacen
comidas buenísimas y son las más caritativas criaturas de Dios. Por ello,
cuando se dice: “La bendición, en siria, la caridad en Anatolia”, han querido aludir
claramente a la gente de esta comarca. Cuando nos alojábamos en una casa o zagüía
de este país, nuestros vecinos, tanto hombres como mujeres venían a visitarnos
para ver como estábamos. Las mujeres no llevan velo aquí, y cuando nos íbamos
nos despidieron como si fueran nuestros parientes, o nuestra misma familia:
había que ver a las mujeres llorando de tristeza, al separarnos.
Tienen la costumbre de cocer el pan un solo día a la semana, disponiendo entonces lo que van a
consumir durante todo ese tiempo; ese día, los hombres venían a ofrecernos pan
caliente aderezado con un buen aliño y nos decían: Las mujeres os envían esto y
os imploran vuestra bendición.”
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