HISTORIA DEL TAROT EGIPCIO

Según estudios, el Tarot Egipcio proviene del “Libro de Toht”, dios con cuerpo humano y cabeza de ibis, dios de la sabiduría, la música, los hechizos y los jeroglíficos. Este libro consistía en láminas con símbolos que representaban todos los problemas humanos y el camino de la evolución espiritual.

Cuenta la leyenda que sus 78 láminas de oro fueron arrojadas al río Nilo en el interior de un cofre, al considerarse que los hombres no estaban preparados para descifrarlas y convertirse en dioses. Thot fue el dios Hermes de Grecia.

Thot creó este libro para transmitir toda su sabiduría sobre el principio de la vida a los hombres sabios, pero sólo aquel que descifrara los jeroglíficos alcanzaría el poder.

Otra leyenda cuenta la búsqueda inalcanzable del Libro de Thot, que contenía los secretos más grandes del conocimiento, pero la posesión del libro, significaba ser poseído por una maldición y finalmente morir.

La creación del Tarot Egipcio se le otorga a los sabios de la Biblioteca de Alejandría. Dicen que casi un centenar de figuras del tarot se sitúan a lo largo de las paredes de uno de los corredores de los pies de la Esfinge de Gizeh. Este pasadizo podría haber conducido a algún templo de iniciación, cuyo código de sabiduría estaría expresado en el simbolismo jeroglífico de las cartas del tarot.

La palabra baraja (del árabe baraka) utilizada para denominar a los naipes, proviene del tarot. Partiendo del Antiguo Egipto, las tribus gitanas difundieron el tarot por toda Europa, consolidándose a partir del siglo XVI a través de los ocultistas y llegando a ser muy popular.