19 de febrero de 2014

EL ACEITE DE OLIVA Y LOS ATLETAS DE LA ANTIGUA ROMA


En los Juegos Olímpicos de la Antigua Roma, el aceite de oliva desempeñó un papel fundamental para los atletas. Las normas higiénicas en relación a los masajes con aceite eran muy exactas y minuciosas.

Los atletas, antes de un ejercicio, se masajeaban todo el cuerpo en una habitación templada. Después de una fricción moderada, en seco, se aplicaban el aceite, frotando la piel con la mano desnuda, primero con suavidad y después con más fuerza. A este masaje preliminar, que estaba destinada a dar flexibilidad a los músculos, le seguía la “apoterapéutica”, eso servía para relajarlos.

Todos los atletas llevaban siempre consigo una pequeña botella de aceite. Antes de cualquier competición se friccionaban con cuidado la piel y luego se ponían una especie de polvos talco, eso les ayudaba a regular la transpiración y proteger la piel del sudor, el sol, el viento y el frío. Ese aceite en el cuerpo, hacía que los luchadores estuvieran resbaladizos, la arena se pegaba a sus cuerpos y eso ayudaba a quitar el efecto del aceite.

Cuando acababan los ejercicios, eliminaban la capa de polvo y aceite con un raspado de la piel, lo hacían con un rascador llamado “estrígile”. Después del raspado, el atleta se daba un baño, entonces pasaba al “oleoterio”, donde le daban un masaje con un producto de textura aceitosa.

En los Juegos Olímpicos griegos, el procedimiento era muy similar al que utilizaban los atletas en Roma.

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