5 de febrero de 2014

IBEJI Y LOS GEMELOS YORUBA


Los yorubas creen en la inmortalidad y en la reencarnación, consideran que la muerte de uno de los gemelos implica la seguridad del gemelo que sobrevive, creen que el alma del superviviente queda desnivelada. En estos casos la madre está obligada a llevar una figura con forma humana que simboliza el espíritu de su hijo fallecido. Si fallecen los dos se fabrican dos figuras.

Esta figurita se llama “Ibeji” (Ìbí-éjì=dos nacimientos), miden entre 20 y 30 centímetros de alto y representan al gemelo como un adulto, resaltando sus genitales y mostrando los rasgos referentes a la tribu a la que pertenece. Para eso, acuden al sacerdote del pueblo (Babalawo), quien ejecuta labores de mediación entre el mundo de los vivos y el de los muertos. También es el encargado de nombrar al artesano encargado de fabricar la figura.

Cuando el Ibeji está terminado, Babalowo celebra en público un ritual para invitar al alma del gemelo fallecido a vivir en el Ibeji. Entonces, los padres invitaran a sus amigos para celebrar la llegada del Ibeji a su hogar.

A partir de ese momento, la madre cuidará del Ibeji como si estuviera vivo. Debe lavarlo con una mezcla de aceite y polvo rojo en el cuerpo, y un pigmento azul en el cabello. Se le vestirá, cantará y rezará y se le deberá alimentar.

Si la madre le regala algo al gemelo vivo, debe regalarle algo al gemelo muerto, para calmar la soledad del hijo fallecido. Con el tiempo, el Ibeji se colocará en el altar de los antepasados.

Otra de las costumbres está relacionada con la existencia de un pequeño mono; “Edun”. Este mono tiene la peculiaridad de que alumbra siempre a dos crías. El padre de los gemelos nunca podrá volver a comer la carne de ese mono, y debe acudir al bosque a entregarle ofrendas, normalmente fruta.

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