CONSTRUCCIÓN DE LA MOLE ANTONELLIANA
La Mole Antonelliana es el más importante símbolo arquitectónico
de la ciudad de Turín, en el norte de Italia. Se construyó entre 1863 y 1888.
El encargo inicial lo hizo la comunidad judía, que quería
celebrar la reciente libertad de culto con la construcción de una sinagoga y
unas aulas de estudio anexas. El terreno era pequeño, por ese motivo la
construcción sería a lo alto, no a lo ancho. El arquitecto elegido para llevar
a cabo la obra fue Alessandro Antonelli.
Antonelli tenía obsesión por construir edificios altos y no
hacer ni caso de lo estipulado con los que lo contrataban. Eso precisamente lo
que pasó con la sinagoga. El proyecto era un cubo coronado por una cúpula
semicircular, su altura total 47 metros.
Se empezó a construir en 1863, desde el primer momento
Antonelli empezó con sus cambios. Su idea era que la altura total del edificio
fuera de 112 metros. Seis años después las obras se detuvieron. Antonelli
llevaba gastado el triple de lo que marcaba el presupuesto. La comunidad judía,
ya no quería seguir pagando aquel enorme edificio.
Unos diez años después, el Comune de Turín compró el
edificio inacabado. Se lo dedicó al rey Víctor Manuel II, fallecido en 1878.
Antonelli, en lugar de acabar el proyecto con rapidez, siguió subiendo y
subiendo. La Mole llegó a los 153 metros.
En 1887 un terremoto dejó la construcción dañada. Antonelli,
no hizo ni caso. Aprovechó las obras de refuerzo para cambiar la estrella que debía
coronar la aguja por un genio alado, símbolo de la casa de Saboya. De esa
manera, el edificio llego a los 163, 35 metros. La figura se colocó en la
cúspide de La Mole en abril de 1889. Antonelli había muerto seis meses antes.
Hoy, el edificio alberga la sede del Museo Nazionale del
Cinema.
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