3 de febrero de 2014

LA BODA DE CARLOS I DE ESPAÑA E ISABEL DE PORTUGAL


El 11 de marzo de 1526 contraían matrimonio Carlos I de España (1500-1558) e Isabel de Portugal (1526-1539). Para poder celebrar este enlace, el rey tuvo que hipotecar las villas de Úbeda, Baeza y Andújar para poder pagar la dote que el rey Juan III de Portugal otorgó a la novia, Isabel. Sólo pudo pagar la 300.000 doblas en vez de las 900.000 que pedía el rey de Portugal.

Enrique Flórez de Setién y Huidobro (1701-1773), religioso agustino, historiador, traductor, geógrafo, etc., describe la ceremonia de la entrega de la novia, el 7 de enero de 1526:

“A unos treinta pasos antes de la raya salió la emperatriz de la litera en que venía, subiendo a una hacanea blanca, en cuya disposición se apearon los portugueses a besarle la mano, llegando cada uno por su orden, y despidiéndose de ella la trajeron los infantes a la raya de Castilla, donde los nuestros la esperaban.

Apeáronse todos; besáronle la mano y volvieron a tomar los caballos. Hízose un gran círculo de las dos comitivas, portuguesa y castellana, que formaban un lucido anfiteatro cual jamás se había visto en aquel campo, cual era ya de competencia entre las dos naciones sobre quién había de vencer en el brillo de galas y aderezos (…)

Ceñían los costados de la emperatriz los infantes sus hermanos; acercarónse a ella el duque de Calabria, el arzobispo de Toledo y el duque de Béjar, y, teniendo los sombreros en la mano, dijo el primero: “Señora, oiga Vuestra Majestad a los que somos venidos por mandado del emperador nuestro señor, que es el fin mismo a que viene Vuestra Majestad”.

Y dicho esto mandó a su secretario que leyese el poder que traía del emperador para recibirla. Leído en voz alta, dijo el duque: “Pues Vuestra Majestad ha oído esto, vea lo que manda”. Manteníase la emperatriz con real serenidad, pero callando. El infante don Luis tomó de la rienda de la hacanea, y dijo al duque de Calabria: “Señor, entrego a Vuestra Alteza a la emperatriz mi señora, en nombre del rey de Portugal mi señor y hermano, como esposa que es de la Cesárea Majestad del emperador”.

Y dicho esto se apartó del lado derecho de la emperatriz donde estaba, y el duque tomando el mismo lugar y rienda dijo: ”Yo, señor, me doy por entregado de Su Majestad en nombre del emperador mi señor”.

Los infantes besaron la mano de la emperatriz mereciendo que su Majestad los abrazase, y todos se despidieron muy de prisa por el sobresalto que les conturbaba…”.

La boda se celebro el 11 de marzo de 1526 en un salón del Alcázar de Sevilla. Los novios pasaron la luna de miel en Granada, donde Carlos I regaló a su esposa unas flores rojas que acababan de llegar de Oriente, se llamaron, más tarde, claveles.

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