LUNATIC EXPRESS
A finales del siglo XIX las grandes potencias europeas “luchaban”
para colonizar todo el terreno posible en el continente africano. Por aquel
entonces, según las leyes, todo país que llegaba e instalaba un campamento, se
convertía en propietario del lugar. Los alemanes estaban construyendo una línea
de ferrocarril hacia el interior de África para abrir nuevas rutas comerciales.
Inglaterra tenía que reaccionar o se quedaría sin su trozo
del pastel. En 1895, la empresa “British East Africa Company” se propuso
construir una línea de ferrocarril desde Mombassa, en la orilla del océano
Índico, hasta el lago Victoria, en Uganda, tendría un recorrido de mil
kilómetros. En 1896, un año después, se iniciaron los trabajos, para ello, se
trajeron 32.000 obreros traídos desde la colonia británica en la India.
Desde el principio fue un cúmulo de desgracias y caos. Murieron
cientos de trabajadores, el calor deformaba los travesaños, los barrizales tragaban
los raíles, tenían que subir montañas, atravesar desiertos, fueron víctimas de
las picaduras de las moscas tse-tsé, cayeron enfermos de malaria, la
disentería, fueron atacados por los Masái (varios obreros fueron acusados de
haber violado a dos niñas de la tribu de los Masái). El levantamiento del
puente elevado que debía cruzar el río Tsavo, se vino abajo en un par de
ocasiones…
Lo peor fue que los leones hambrientos se comieron a más de
doscientos obreros. Durante los cinco años que duró la construcción, 2498
trabajadores murieron, otros 6.000 quedaron incapacitados. El presupuesto
también fue desastroso, el coste final fue el doble del calculado (5 millones
de libras esterlinas).
Cinco años y siete meses después, el 20 de diciembre de
1901, el ferrocarril salió de Mombassa y llegó a su destino, el Port Florence a
orillas del Lago Victoria. En un principio lo llamaron “Uganda Railway”, de forma
coloquial, los medios de comunicación lo llamaron “Lunatic Express”.
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