25 de agosto de 2020

CABALLOS DE LOS AURIGAS


Los caballos de los aurigas estaban muy valorados. El entrenamiento empezaba cuando los caballos tenían tres años, no podían participar en las carreras hasta los cinco años. El más famoso de todos los caballos fue Incitatus, que perteneció al emperador Calígula. Incitatus tenía una habitación de mármol, un comedero de marfil y bebía en un cubo de oro. Los muros de su establo estaban decorados con escenas de los mejores artistas del momento. Incitatus iba a las cenas de estado, donde sus esclavos personales le servían avena y maíz. Su dueño, Calígula, pensó en algún momento en proclamarlo cónsul.

Un caballo que hubiera ganado más de cien carreras se le llamaba centenario y lucía un arnés especial. El mejor caballo de tiro siempre se colocaba en el lado izquierdo, en la parte interior, se le sujetaba con tirantes. El segundo mejor caballo se colocaba en la parte derecha del tiro, tampoco iba cogido al yugo. Los dos caballos centrales iban atados al asta del carro y eran los encargados de aportar potencia de arrastre.

Los caballos no iban herrados, por lo que el estado de sus cascos era muy importante. Los caballos sicilianos eran muy veloces, los íberos muy buenos para las carreras cortas y los libios los mejores para las carreras largas.

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