5 de noviembre de 2017

HUSO Y RUECA


La hilaza no se produce de manera natural en el lomo de una oveja, ni en la planta de algodón. Hay que retorcer las fibras crudas hasta conseguir la longitud adecuada. La invención del huso de pesa para hacer la hilaza representa un maravilloso avance.

El huso es un instrumento muy sencillo, consiste en una vara pequeña con un gancho o muesca en la parte superior y una pesa en la base. Su funcionamiento es el siguiente: se engancha un copo esponjoso de lana o algodón crudo en la muesca que hay en la parte superior de la vara, a la que se da un giro. El extremo que tiene la pesa impulsa el huso y, al hilar, tira de los hilos enredados de la bola de fibra y los retuerce formando una hilaza alargada. Su se suelta más fibra, el huso llegará al suelo y, entonces, se enrolla el hilo alrededor del mango del huso y se empieza otra vez el proceso. En poco tiempo, se consigue todo un huso lleno de hilo listo para tejer.

En algún momento alguien descubrió que el huso de pesa se podía colocar en posición horizontal en un armazón y hacerlo girar, no con los dedos, sino por una rueda accionada por una correa. De esa manera llegó la rueca.

La mayoría de las ruecas se accionan con una manivela conectada a un pedal, con lo que las manos quedan libres para suministrar al huso, las liadas fibras. Las ruecas más completan incluyen una aleta, que también acciona la rueda, pero a una velocidad diferente a la del huso, lo que asegura que el hilo se mantenga tenso. Un tejedor experto y rápido necesita la producción de diez ruecas para tener hilaza suficiente para tejer.

0 comentarios :