6 de noviembre de 2017

ESTÉTICA VISIGODA


En el siglo VII, bajo el reinado del rey visigodo Tulga, el vestuario básico contenía túnicas, mantos y accesorios. Las túnicas era de diversos tipos: pectoralis o túnica corta; escarlata y coccina o túnica roja, todas con mangas. Algunos escaparon de la imposición romana como la armilausa vulgo, más parecida con los aires germánicos ya que mostraba aberturas por delante y por detrás, incluso usaban faldas abiertas acabadas en puntas delgadas.

Las túnicas se adornaban con listas horizontales o verticales muy llamativas y se ajustaban al cuerpo mediante cinturones gruesos con grandes hebillas de bronce repujadas con diferentes motivos, principalmente dibujos de la naturaleza y geométricos.

Las capas y mantos eran usados por ambos sexos y por todas las clases sociales. La capa romana se llevaba recogida sobre el hombro izquierdo y la capa corta semicircular, conocida como “chlamys”, se llevaba atada al hombro. La vestimenta se sujetaba con broces o fíbulas que, según la procedencia social, eran de un valor u otro. Las partes íntimas y piernas se cubrían con las bracae (bragas) y femoralia (especie de bombacho).

El cabello los hombres lo llevaban un poco largo, sobre las orejas, en ocasiones cubriéndolas. Las mujeres jóvenes llevaban sus cabellos sueltos cuando eran solteras, recogiéndolo cuando se casaban.


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