CASTILLO MEDIEVAL JAPONÉS
Un castillo medieval japonés no era solo el territorio de un
gobernante, también era la organización más importante. El pueblo dependía del
castillo para que lo defendiese en tiempos de guerra, durante los momentos de
paz trabajaban para mantener el castillo, cultivaban comida para el ejército, o
luchaban por su señor.
Sus habitantes seguían unas reglas muy estrictas. Cuando
estallaba una guerra, la población en general cambiaba totalmente, ya que el
castillo se convertía en un cuartel general militar. Todo el personal
disponible se le encargaba fortificar el castillo. Si se perdía la batalla se
arriesgaban a ser ejecutados.
Como en ocasiones podían tardar meses en repeler un ataque
enemigo, había que almacenar reservas de alimentos y agua en su interior por si
se producía el asedio. En algunas provincias, la comida no se podía transportar
sin el sello del Hojo (líder) y por eso era importante mantener los suministros
en los lugares adecuados.
El castillo Azuchi se construyó a gran altura para poder ver
mejor a los enemigos que se acercaban, pero la mayoría de los castillos
japoneses se levantaban en la base de una montaña rodeados por una densa
vegetación. El torreón principal tenía siete pisos de altura y parece ser que
fue el edificio de madera más grande del mundo cuando se construyó. Desde las
troneras del castillo se disparaban proyectiles en caso de ataque.
El castillo Azuchi estaba decorado de manera ostentosa para
impresionar e intimidar a los rivales del propietario. Las murallas tenían 6, 4 metros de grosor,
estaban hechas de enormes piedras de granito unidas sin usar mortero. Se
tardaron tres años y medio en construir el castillo, pero se incendió menos de
tres años después de terminado. Durante una batalla.
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