DRAGÓN DE KOMODO
El dragón de komodo es carnívoro y comen casi todo lo que encuentras, incluso a sus propias crías. Sus afilados dientes están curvados y serrados, lo que es perfecto para arrancar pedazos de carne de su presa. Su método preferido para atrapar es el mordisco en la barriga, no las mata, pero las víctimas no pueden escapar. En su saliva se encuentran mezclas de productos químicos venenosos que se filtran en la herida impidiendo que la sangre coagule, la víctima muere desangrada.
El komodo suele medir más de 2 metros de largo y una altura de 40 cm. Su cola, compuesta por músculo denso, es tan larga como su cuerpo. Es capaz de derribar a un ciervo adulto con un solo barrido. Las patas se arquean hacia afuera, cada pie tiene cinco garras afiladas. La piel es dura y está cubierta por placas óseas que forman su coraza dura y escamosa.
Como puede sudar, el exceso de sal se elimina mediante dos glándulas secretoras de sal alojadas en el interior de las fosas nasales. Cuando se alimenta, su piel se estira consumiendo un 80 % de su peso corporal. Atacan a los humanos aunque no se sientan provocados.
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