9 de octubre de 2017

DOGONES


Sobre los acantilados de la meseta de Bandiagara, en Mali, viven los dogones, un pueblo que gozaba de extrañas nociones e astronomía.

Para los dogones, las estrellas fueron creadas por el dios Amma al lanzar al cosmos bolitas de tierra. Después, de la misma manera, formó la Tierra a partir de un bloque de arcilla y creó el Sol y la Luna al fabricar dos vasijas de barro blancas. Se unió carnalmente con la Tierra y de ella nació Nommo, varón y hembra al mismo tiempo, que procreó ocho hijos de los que descienden cada una de las ocho tribus dogonas.

Cada cincuenta años, los dogones organizan una fiesta llamada Sigui, destinada a regenerar al mundo. Para la ocasión fabrican máscaras que guardan después. Estas máscaras constituirán una especie de archivo para su pueblo. La regularidad de esta fiesta está determinada por las supuestas rotaciones de una estrella muy pesada e invisible a los hombres y con una gran masa, que completaba una revolución en torno a Sirio cada cincuenta años, siendo Sirio el astro más brillante de todo el firmamento. Los dogones llaman a esta estrella invisible Po Tolo. En la actualidad se sabe que esta estrella es pequeña, pero que tiene una gigantesca masa, es lo que llaman una enana blanca.

La cosmogonía dogona supone también que existe una tercera estrella llamada Emma Ya, mucho más ligera que Po Tolo y que gira, en el mismo sentido que ella, sobre una órbita mucho mayor. En torno a ella gravitaría el planeta del que provendría Nommo, el gran ancestro.

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