15 de octubre de 2017

PROSTITUCIÓN EN EL SIGLO DE ORO


La reglamentación para ser prostituta en el Siglo de Oro establecía que la postulante debía ser mayor de doce años, huérfana o de padres desconocidos, o abandonada por su familia y que ésta no fuera noble, además de que no fuera virgen. Era obligación del juez, antes de dar su permiso, intentar disuadir a la aspirante con una charla moral. Después de cumplir todos los requisitos, la mujer estaba autorizada a ejercer.

Periódicamente era revisada por el médico de la corte destinado a ello. Una vez al año, el viernes de Cuaresma, las prostitutas eran conducidas por los alguaciles a la iglesia de las Recogidas. Allí el sacerdote las amenazaba con la pena del infierno (en Semana Santa y Cuaresma, los prostíbulos permanecían cerrados). En todas las grandes ciudades desde el siglo XVI existían lugares para mujeres arrepentidas. En Madrid se fundó el primero en 1587 y en 1691 y 1711 se fundaron otros.

Felipe IV, el 4 de febrero de 1623, ordenó el cierre de las mancebías porque solo servían de profanación, de abominaciones, escándalos e inquietudes. La legislación se repitió en 1632 y 1661. Ninguna prostituta española alcanzó la reputación de las venecianas o romanas ni el prestigio de Imperia o Tullia de Brescia, tampoco ningún pintor español eligió como modelo de madonna el rostro de alguna prostituta, como había hecho Rafael.

La tarifa media era medio real en la segunda mitad del siglo XVI, que equivalía a la cuarta parte del salario diario de un peón. Hacia mediados del siglo XVII hay más de 80 mancebías en la Corte, Antoine de Gramont en 1659 decía de la prostitución madrileña: “Después de las diez de la noche cada uno va allí solo, y se quedan todos hasta las cuatro de la mañana en las casas de las cortesanas públicas que saben retenerlos por tantos atractivos… El gasto que hacen en casa de estas cortesanas es excesivo porque nada les parece caro…”.


Valencia fue la ciudad española con mayor índice de prostitución. También destacó Sevilla, donde se calcula que había unas 3.000 en el siglo XVII. Solamente en la Corona de Aragón tenía la Inquisición jurisdicción contra la práctica de la sodomía, la bestialidad y el sexo contra natura.

0 comentarios :