13 de octubre de 2017

HARENES


Zingua, reina de Angola a principios del siglo XVII, era ninfómana. Contaba con un gran harén que estaba a su disposición en cualquier momento del día y de la noche. Organizaba combates a muerte entre sus esclavos y como premio al ganador le ofrecía su cuerpo, pasada la noche de pasión, el amante ganador también moría. Al cumplir los setenta y siete años, se convirtió al catolicismo y su vida cambió por completo.

Parece ser que el rey Salomón tenía un harén de 1.000 mujeres, 700 esposas y 300 concubinas. Además del harén tuvo numerosos romances con otras mujeres: la reina de Saba Balkis, con quien tuvo un hijo, Menelik.

El Cardenal Richelieu mantuvo numerosas aventuras amorosas con cortesanas. Cuenta la leyenda que pagó cincuenta mil coronas por pasar una noche con Ninón de Lenclos, la más famosa cortesana de la época. Ella aceptó el dinero y envió a una amiga como sustituta.

Jahangir, emperador mogol de la India, poseía un harén de 300 esposas, 5.000 concubinas y 1.000 jovencitos. Además, poseía 12.000 elefantes, 10.000 bueyes, 3.000 venados, 2.000 camellos, 100 leones, 500 búfalos, 10.000 palomas mensajeras y 4.000 perros.

Muley Ismail Es Semin, último emperador jarifiano de Marruecos, también conocido como El sediento de sangre, tuvo 1.056 hijos, 700 de ellos chicos. Los tuvo con sus 8.000 concubinas y esposas.

El califa Abderramán II de Córdoba solo hacía el amor con mujeres vírgenes, nunca repetía con la misma. 

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