ANÉCDOTAS GASTRONÓMICAS
-El Papa Sixto IV tenía un sobrino, Pietro Riacio, de veinticinco años, a quien hizo cardenal. Pietro era orgulloso, sensual, fatuo, indigno por completo de los ricos beneficios que su tío derramó sobre él. Iba siempre lujosamente vestido. Cuando la princesa Leonor de Nápoles visitó Roma, Pietro hizo construir para ella y su séquito una espléndida casa enfrente de la iglesia de los Apóstoles.
La sala de banquete se refrescaba con grandes fuelles colocados detrás de preciosos tapices. Hasta los utensilios más insignificantes eran de oro y plata. El banquete que Riacio ofreció a la princesa recordaba el lujo pagano de la Roma imperial. Sirvientes vestidos con terciopelo y brocado ofrecían a los comensales dulces, naranjas y malvasía; otros presentaban hermosas palanganas con agua de rosas para que se levaran las manos.
Se sirvieron tres servicios, en total cuarenta y cuatro manjares distintos; venados asados con toda su piel, cabras, liebres y terneras, garzas y pavos reales con sus plumas. Al final un oso entero con un garrote en las garras.
-François Michel Le Tellier de Louvois, ministro de la Guerra en Francia durante el reinado de Luis XIV, ofreció a Delfín con un banquete que constaba de:
El primer servicio: 11 sopas distintas, 13 ordubres, 11 entrantes.
El segundo servicio: 24 asados, 24 entremeses, 11 ordubres de legumbres, tortillas, cremas, foie gras y trufas.
Postres: frutas, queso, conservas, confituras, mazapanes, etcétera.
-El duque de Luynes escribió en 1736 que la reina María Leckzinska, esposa del rey de Francia Luis XV, cuando cenaba en Meudon se le servían 29 platos distintos; de ellos, 8 sopas. El gasto diario en la cocina de Luis XV era de trescientas noventa y nueve libras con dieciocho sueltos y once deniers. Las sobras eran adjudicadas a la servidumbre y vendidas por ella a los versalleses.
-María Antonieta era sobria en el comer. Su sobriedad era grandes, desayunaba un café o chocolate, no comía más que carnes blancas, y para cenar tomaba un caldo, una pechuga de pollo y unos cuantos bizcochitos que empapaba en agua.
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