19 de octubre de 2016

SELEUCO, ANTÍOCO Y ESTRATÓNICE


Cuenta Plutarco que el rey de Siria, Seleuco, tenía un hijo, Antíoco, que se enamoró de la segunda esposa de su padre, al que había ya dado un hijo. Se llamaba Estratónice. Antíoco se enamoró tanto que le era imposible frenar su pasión y se fue debilitando que parecía que quería morir. Decidió que moriría, dejó de comer, fingiendo que sufría de alguna enfermedad secreta.

El célebre médico Erasístrato, lo examinó y le diagnosticó mal de amores, lo difícil era averiguar de quién estaba enamorado. Para saberlo no se movía en todo el día de la habitación del joven, y cuando entraba alguna joven bonita o algún joven apuesto, miraba la cara de Antíoco y observaba su reacción.

Después de un tiempo observó que solo reaccionaba cuando entraba Estratónice sola o en compañía de su esposo Seleuco. Se le enrojecían las mejillas, sus ojos se abrían, empezaba a sudar, el pulso se le aceleraba, después caía en el desánimo. El médico se dio cuenta que estaba enamorado de su madrastra. Decidió hablar con Seleuco, pero no sabía como decírselo. Un día le dijo:

-La enfermedad de tu hijo es incurable.
-¿No hay remedio? ¿Qué tiene?
-Tu hijo está enamorado, lo que es peor, es que está enamorado de mi mujer.
-¿De tu mujer? ¿Y tú que eres el más querido de mis amigos no eres capaz de sacrificarte por la salud de mi hijo? Repudia a tu mujer, dala en matrimonio a mi hijo. Yo te recompensaré y salvarás la vida de Antíoco.
-Es fácil decirlo, pero ¿qué pasaría si la mujer de quien está enamorado tu hijo fuese la tuya?
-Quisieran los dioses que así fuere, pues con gusto cedería yo mi esposa con tal de salvar la vida de mi hijo.

Viendo Erasístrato que Seleuco estaba dispuesto a sacrificarse, le contó la verdad.

Seleuco reunió al pueblo y ante todos declaró que había decidido coronar a su hijo rey de las provincias de Asia y que le entregaba a Estratónice como esposa para que juntos reinasen, seguro que su hijo, tan obediente siempre, no dejaría de aceptar ese matrimonio. Estratónice cambió, con gusto, de marido.

0 comentarios :