13 de octubre de 2016

LOS PRIMEROS GRANDES ALMACENES


La revolución industrial ayudó a que surgieran minas de carbón, astilleros y fábricas en toda Europa, en esa época también surgieron los grandes almacenes. La sociedad se había vuelto más consumista y apareció una nueva clase social, la clase media, tenían unos buenos ingresos económicos y mucho tiempo libre. Los grandes almacenes permitían a las estas mujeres de clase media, comprar de manera segura y respetable, lejos de las miradas masculinas.

El primer gran almacén que abrió fue “Harding Howell & Co” en Pall Mall, Londres, en el año 1796. Tenía cuatro departamentos: peletería y abanicos, mercería, joyería y relojería, y sombrerería. El mundialmente famoso “Harrods”, abrió en 1834 y se convirtió en los grandes almacenes de lujo de la época.

En 1909 llegó “Selfridges”, en Oxford street en Londres, fue fundado por Harry Gordon Selfridge. Ofrecía 100 departamentos, sus novedosas campañas de marketing fueron imitadas en todo el mundo. Uno de sus grandes éxitos fue su cuidado en todo lo relacionado con el té. Parte de la financiación provenía del magnate del té John Musker. Al ser muy popular el té en ese momento, se extendieron todos los artículos relacionados con él: teteras, tazas, azucareros, cucharillas, etc.

Selfridges fue uno de los primeros establecimientos del mundo que uso escaparates para atraer a sus clientes. Antes de eso, el dueño, salía a la puerta de su tienda e invitaba a la gente a entrar. Unos escaparates que mostrasen el producto de forma llamativa era un sistema más efectivo para ganar clientes.

Los dependientes de todos estos primeros grandes almacenes tenían que estar pendientes para ayudar a los clientes que lo necesitasen. Los turnos eran muy duros: desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche, a la hora del cierre se debían quedar para reponer mercancía.

Algunos grandes almacenes tenían salas para leer y escribir, salas de reuniones, salones de descanso con luz tenue y butacas muy cómodas. El objetivo era mantener a los clientes en el establecimiento durante el mayor tiempo posible.

El mostrador de perfumes era todo un éxito y daba muchos beneficios, por esa razón, estaba situado en el centro de la planta baja, así lograban que fuera lo primero que veían los clientes. Los productos se exhibían de forma que pudieran probarse y examinarse libremente.

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