23 de octubre de 2016

HISTORIAS DE PÍO XII


Eugenio María Giuseppe Giovanni Pacelli (1876-1958), el papa Pío XII, prohibió que en el interior de la Ciudad-Estado Vaticano se interpretase la música de Giacomo Puccini. Parece que al pontífice no le gustaba la opera en un acto compuesta por Puccini y titulada Sor Angélica. La opera trata de una monja, sor Angélica, que es forzada por su poderosa familia a tomar los hábitos después de dar a luz a un hijo ilegítimo.

El niño muere y la monja se suicida tomando una pócima que ella misma ha elaborado con unas plantas que arrancadas del jardín del convento. Mientras agoniza, a sor Angélica se le aparece la Virgen María que la perdona y le promete que irá al cielo con su hijo fallecido. Puccini escribió esta historia, según decía él, basándose en un caso real que había escuchado. Al papa no le gustó la historia porque se hacía apología del suicidio.

Creó en el año 1948 un órgano regulador que agrupaba al cine, la prensa y la televisión. En un principio el Consejo para las Comunicaciones tenía como fin aprovechar los medios de comunicación para difundir el mensaje de la Iglesia Católica. En sus comienzos solo abarcaba al ámbito cinematográfico hasta que con el paso de los años comenzó a abarcar a la prensa (L’Osservatore Romano) la radio (Radio Vaticano) la televisión (CTV) e internet (www.vatican.va).

Escribía sus discursos a máquina y lo hacía muy rápido. Incluso se escribía los borradores de las encíclicas.

Era un verdadero hipocondríaco, le daban miedo las moscas comunes por si le trasmitían alguna enfermedad, por esa razón en todas las habitaciones del Vaticano tenía colocadas trampas para moscas. Pio XII sufrió mentalmente de dolor de muelas crónico, arritmias cardíacas, cólicos, anemia… De forma real sufrió de gastritis crónica.

Se cepillaba los dientes hasta en seis ocasiones por día con un dentífrico fabricado especialmente para él por un químico del Vaticano. Aseguraba que tenía una infección en las encías, era mentira. Le hizo caso a un dentista romano que le receto una solución especial entre cuyos componentes se encontraba un potente ácido que con el paso de los años y el uso, le fue quemando las encías y le fue envenenando poco a poco.

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