5 de octubre de 2016

LA DOBLE DE EMILIE SAGÉE


En el año 1845, Herr Bush, director de un instituto para chicas de la nobleza, el pensionado von Neuwelcke, ubicado en Letonia, a unos 60 kilómetros de Riga, contrató a una profesora de francés, Emilie Sagée, según ella nacida en Dijon y con 32 años de edad. La nueva profesora era alegre, inteligente y muy educada.

Algunas semanas después de su llegada, comienzan a correr rumores entre las 42 alumnas del pensionado. Empiezan a suceder fenómenos extraños; una alumna dijo haber visto a la profesora en un extremo del edificio, otra afirmó haberse cruzado con ella en el extremo opuesto, en el mismo momento. Al principio, los profesores no hicieron mucho caso a estos comentarios.

Un día, mientras Emilie estaba ante la pizarra dando una clase de gramática a trece chicas, apareció a su lado una silueta imitando sus movimientos a la perfección. Lo único que las diferenciaba era la ausencia de la tiza en su mano. La doble se sigue manifestando durante semanas, y cada vez va más por libre.

Un día, las 42 alumnas están en su clase de costura en la planta baja y las vigila una profesora. Por la ventana las niñas ven a Emilie en el jardín. En un momento la profesora se ausenta y viene en su lugar la doble de Emilie, las niñas se acercan a ella y sus manos la atraviesas. El doble desaparece.
Las jóvenes empiezan a dejar el colegio, en dieciocho meses de 42 alumnas solo quedan 30. El director decide despedir a Emilie. Antes de irse, ella confiesa que es la decimonovena vez que se ve obligada a abandonar un colegio desde que empezó a dar clases a la edad de 16 años, siempre por la misma razón.
  
La alumna, Julie von Güldenstubbe, sigue en contacto con Emilie hasta el año 1850. Después le pierde totalmente la pista en Rusia, a donde había emigrado como institutriz al servicio de una familia rusa.

Muchos autores han buscado una explicación, descubriendo que una tal Emilie Sagée nació en Dijo, y que una niña ilegítima llamada Octavie Saget nació el mismo día del mismo año, llegando a la conclusión de que Emilie y Octavie son la misma persona. Parece ser que la joven se había cambiado el nombre para esconder su condición de ilegítima.

En cuanto al problema de la doble, se sabe que Emilie cada vez que aparecía la otra perdía la fuerza y se encontraba muy cansada, como si la doble le robara la energía. Ella nunca la vio.

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